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«Señales de los
tiempos».
Después de la tormenta demoníaca,
vendrá la luz del sol divina.
Detrás del espíritu mundano de la
actual «libertad», de la falta de respeto hacia la Iglesia de Cristo, hacia los
mayores, padres y maestros que tienen temor de Dios, se esconde la esclavitud
espiritual, la angustia y la anarquía, que conducen al mundo al callejón sin
salida, a la destrucción psíquica y corporal.
Así pues, detrás del sistema
perfecto de «tarjeta de servicio», seguridad por computadora, se esconde la
dictadura mundial, la esclavitud del anticristo. «Apocalipsis de Juan cap.
13:16: "para que se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente,
y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, el nombre de
la bestia o el número de su nombre. Aquí está la sabiduría. El que tiene
entendimiento, calcule el número de la bestia, pues es número de hombre, y su
número es seiscientos sesenta y seis". = 666.
San Andrés de Cesarea escribe lo
siguiente: «Acerca del nombre inmundo del anticristo. Y la precisión del
número, así como las demás cosas escritas acerca de él, el tiempo lo revelará y
la experiencia a los que están sobrios... pero la divina gracia no ha querido
que en el libro divino se escriba el nombre del corruptor). Como en ejercicio
de prueba se pueden encontrar muchas cosas.... San Andrés de Cesarea,
Explicación del Apocalipsis de Juan, pág. 341-42, cap. 38.»
Lo extraño, sin embargo, es que
muchas personas espirituales, además de dar sus propias interpretaciones, temen
también el miedo mundano al fichaje, cuando deberían preocuparse
espiritualmente y ayudar a los cristianos con la buena preocupación, y fortalecerlos
en la fe, para que sientan el consuelo divino.
¡Me pregunto! ¿Acaso no les
preocupan todos estos acontecimientos? ¿Por qué no ponen siquiera un signo de
interrogación a las interpretaciones de su mente? Y si apoyan al anticristo
para el sellado, ¿cómo arrastran también otras almas a la perdición? Esto es lo
que significa: «...de tal manera que engañarían, si fuera posible, aun a los
escogidos». Marcos 13.
Se extraviarán aquellos que lo
interpretan con la mente. Y mientras las señales aparecen claramente: «la
bestia» en Bruselas con el 666 casi ha absorbido todos los estados en la
computadora. La tarjeta, la identificación, «la introducción del sellado», ¿qué
revelan? Lamentablemente en la radio solo seguimos qué tiempo vamos a tener.
¿Qué nos dirá Cristo?
«Hipócritas, sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¿y no podéis conocer las
señales de los tiempos?» Mateo cap. 16.
Así que después de la tarjeta y
la identificación, «el fichaje, para avanzar malvadamente hacia el sellado,
dirán constantemente en la televisión que alguien tomó la tarjeta de fulano y
le sacó el dinero del banco. Por otro lado, publicitarán «el sistema perfecto»,
el sellado en la mano o en la frente con rayos láser, que no será distinguible
externamente, con el 666, el nombre del anticristo.
Lamentablemente, y nuevamente
«ciertos conocedores» envolverán a sus hijos espirituales como bebés,
supuestamente para que no se preocupen. «¡No importa eso, no es nada, con tal
de que crean interiormente!» Y mientras vemos al apóstol Pedro que exteriormente
negó a Cristo, y fue una negación, estos niegan el Santo Sello de Cristo que se
les dio en el Santo Bautismo. «Sello del don del Espíritu Santo», al aceptar el
sello del anticristo, ¡y dicen que tienen a Cristo dentro de ellos!
Tal lógica, lamentablemente,
tenían algunos «conocedores» en los tiempos de los Santos Mártires, que
intentaban convertir a los candidatos a mártires, como refiere San Basilio el
Grande en su discurso sobre el Mártir Gordio: «... muchos razonaban falsamente
intentando persuadir al Mártir a que negara solo con palabras, y mantuviera la
fe con el alma, la disposición interior, porque Dios no presta atención a la
lengua sino a la disposición. Pero el Mártir Gordio era inflexible y respondió:
"no tolera que la lengua creada por Cristo pronuncie algo contra el
Creador... no se engañen. Dios no puede ser burlado, nos juzga por nuestra
boca, por las palabras somos justos, y por las palabras somos
condenados"». Además, bajo Decio, con un decreto exigía que confesaran la
religión de los idólatras, y los cristianos que declaraban y sacrificaban a los
ídolos recibían un certificado y se libraban del Martirio. No solo ellos eran
negadores de Cristo, sino también aquellos que daban dinero a los idólatras en
la comisión y recibían el certificado sin negar, los llamados «libelíforos», y
a estos también la Iglesia los consideró apóstatas-caídos.
Y mientras tenemos tantos
ejemplos, como el del milagro realizado por San Teodoro, que celebramos cada
año el sábado de la primera semana de los Ayunos: «Juliano el Apóstata,
sabiendo que los cristianos se purifican más mediante el ayuno la primera semana
del santo ayuno cuaresmal, que nosotros por eso llamamos semana pura, quiso
contaminarlos precisamente entonces. Por eso ordenó secretamente que se
pusieran en el mercado durante aquellos días alimentos contaminados con la
sangre de los sacrificios idolátricos. Pero por voluntad divina, el Mártir
Teodoro se apareció en sueños al entonces arzobispo de Constantinopla, Eudoxio,
y revelándole el asunto le ordenó que convocara a los fieles temprano el lunes
por la mañana y les impidiera el uso de aquellos alimentos, que supliera la
falta del alimento necesario con lo disponible mediante granos cocidos... De
esta manera el propósito del apóstata fue frustrado, y el pueblo piadoso fue
preservado sin mancha...» Horologion el Grande, pág. 446.
Abstenerse de lo sacrificado a
los ídolos es un canon de los Santos Apóstoles. Hechos de los Apóstoles cap.
15: «Se reunieron los apóstoles y los ancianos... "abstenerse de lo
sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación..."»
A pesar de todo esto que he
mencionado, lamentablemente uno escucha un montón de tonterías de la mente, de
ciertos «conocedores» actuales, uno dice: «yo aceptaré la identificación con el
666, pondré una Cruz en la cabeza...» y un montón de tonterías similares, que
creen que se santificarán de esta manera, cuando esto es engaño.
Solo lo que acepta santificación,
solo eso se santifica. Así como el agua acepta santificación y se convierte en
Agua Bendita. La orina no acepta santificación.
La piedra, con milagro se
convierte en pan. La inmundicia no acepta santificación. Por lo tanto, el
diablo, el anticristo, cuando está en nuestra identificación, o en la mano, o
en la cabeza, con su símbolo, no se santifica poniendo también una Cruz.
Tenemos el poder de la preciosa
Cruz, del Santo Símbolo, la gracia divina de Cristo, solo cuando nos
contentamos con el Santo Sello del Bautismo, cuando renunciamos a satanás y nos
unimos a Cristo, y recibimos el Santo Sello. «Sello del don del Espíritu Santo».
Que Cristo nos dé buena
iluminación. Amén.
Monte Athos, Celda del
Monasterio de Kutlumúsi «Panagouda», Sábado de la Primera Semana de Ayunos,
1987.
Con mucho dolor y amor de Cristo,
Monje Paisios
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